Panamá, elecciones 2019: De Populistas, Evangélicos y Empresarios


La oferta electoral para las elecciones de este año se balancea entre los sectores que históricamente han detentado el poder económico y político, en un modelo de alternancia bipartidista, y sectores (no en contraposición) que representan en cierta medida una proximidad con los sectores populares en Panamá. No queda claro, si los nuevos actores o compañeros de fórmulas de cada candidato por la vía partidista o por la libre postulación estarían acordes con las exigencias que representa un cargo como el de vicepresidente o vicepresidenta de la república, teniendo en cuente que de facto un vicepresidente no es que tenga una responsabilidad como la del presidente, sin embargo, en última instancia es la figura al frente del país en caso de la ausencia de este último.
En los últimos años, se han dado derroches de personajes no políticos o que su vinculación política no es muy clara, como comodín electorero, populismo que dejó de ser exclusividad de las izquierdas. Lo pudimos ver con presentadoras de noticias, presentadores de programas de televisión, en donde las lágrimas y la “conectividad emotiva” hacia el telespectador, hacían reflejar una potencial de votos visto desde los mecanismos de monitoreo político.
Hoy nuevamente se repite la estrategia populista y mediática, la escogencia de un reportero, que me recuerda mucho la obra de José Santana Pereira en Política e Entrenemento (2016) editorial FFMS, en donde hace repaso de los diferentes fenómenos mediáticos utilizados en diferentes países, como los casos de Ronal Reagan ex actor de cine que fuera elegido presidente de los EUA entre 1980 y 1984, el gobernador Arnold Schwarzenegger en California entre 2003 y 2011 entre otros, figuras conocidas del mundo del espectáculo que pasaron a la política, o que utilizaron su influencia mediática para llegar al poder.
Lo que yo veo, es que la decisión no ha sido de iguales, sino en contraposiciones o caras opuestas, buscando generar esa conectividad o empatía de la cual carecen algunos candidatos y que difícilmente logran proyectar hacia la población.
Si bien, los hechos demostraron sobremanera que ninguna de las mencionadas figuras mediáticas (Lucy Molinar, Guillermo Ferrufino) tuvieron una representación consecuente y mucho menos crítica ni consciente en su desarrollo político.
Con la designación del señor Casis, y viendo los pormenores por lo cual eligen a un X o Y candidato, nos indica, que muchas de las decisiones importantes serán tomadas al calor de la experiencia empírica y no científica. Digo, no es que tampoco lo hagan los demás, pero el barullo mediático, como solucionador o panacea de todos los males sociales, es ser conocedor empírico de la realidad social, deja mucho, mucho que desear.
Sabemos, que la planificación no ha sido un fuerte en ninguno de los gobiernos, ni mucho menos en las instituciones del Estado, la carencia de organización, evaluación y monitoreo y de por sí, el poco desarrollo estratégico de las políticas públicas ha dejado secuelas cada quinquenio. Programas inconclusos, proyecto sociales, ambientales, económicos y políticos con visión parcializada, cuando lo correcto sea que los investigadores sociales participen de lleno en las decisiones políticas y estratégicas del país.
Plantearse soluciones a los problemas de forma científica y profunda, con las universidades, los centros de investigación y no de forma empirista como ha sucedido hasta ahora.
Por otro lado, la compañera de formula por el partido oficialista, la señora Quijano si bien, primera vez que la escucho, tiene una notable tendencia religiosa que contraria con un país que dice ser Laico. Las visiones personales estarían marcadas en una agenda de Estado en donde los grupos evangélicos tomarían partida cada vez más, en posiciones del Estado en donde la racionalidad, la ciencia, la tecnología, los Derechos Humanos, la salud, no deberían ser visto desde una perspectiva religiosa jamás. A mi juicio, esta búsqueda de votos, esta dejando ver compañeros de formulas que pocos o casi ninguno no evangélico quisiera ver en el poder.
Por último y no menos importante, el candidato a vicepresidente del partido PRD, si bien, candidato joven, que representa un sector económico y social. Su candidatura no deja de ser un comodín más, como transacción bancaria, o como cumplimiento de promesa para la postulación a vicepresidente.
Uno se preguntaría y es que ¿algún día tendremos candidatos a puestos políticos de elección que tengan el perfil político apropiado? ¿Será que seguimos mereciendo lo mismo de siempre? ¿será que realmente amanecerá y luego veremos?

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