Deontología para un Ministerio sin brújula.
Hace un par de días, el presidente
electo de Panamá para el periodo 2019-2024, Laurentino Cortizo dio a conocer
quiénes serán los que, a partir del 1 de julio, lo acompañarán en su gestión de
gobierno durante los próximos 60 meses. No está de más, decir que se tomó su
tiempo y cierto hermetismo para anunciar quienes estarían en los diferentes
cargos especialmente en los de: Salud, Educación, Seguridad y Ambiente. Anuncio,
además, que algunas instituciones pasaran a ser Ministerio, como son: el
Instituto Nacional de la Mujer, INAMU, que pasaría a ser Ministerio de la
Mujer, o el Instituto Nacional de Cultura, INAC, que pasaría a ser Ministerio
de Cultura, siendo esto un logro. Sin embargo, no dejo de pensar cuando
en su momento, la Autoridad Nacional del Ambiente, ANAM, se transformó en Ministerio
de Ambiente, mediante la ley N. 8 del 25 de marzo del 2015, que dio paso a que
se saldará una deuda de años en lo que respecta al “fortalecimiento” de la
institucionalidad ambiental en Panamá.
Todo “bien”, hasta ese entonces. Se
solía pensar, que al generar un grado más en la estructura organizativa de la
institución, resultaba ser la mejor solución a los problemas que arrastraba. Así
fuera, solo si tuviéramos un sistema que fiscalizara y sancionara los actos de corrupción
e impunidad. Que se pudieran sancionar las irregularidades de directores y
funcionarios. Pero, las expectativas superaron la realidad.
Cuando la ANAM paso a ser Ministerio
de Ambiente, también pasaron todos sus malestares, es decir, un enfermo
terminal que solo hizo cambio de ropa, ya que la mentalidad para con el
ambiente, sigue siendo la de los tecnócratas, quienes ocupan los cargos de
mando. Se han impulsado programas, que, al día de hoy, son de dudosos
resultados, como, por ejemplo: el proyecto de reforestación del “millón de
hectáreas”, que por un lado se establece un plan de reforestación, mientras que,
por otro lado, se estaría talando. Entre los años 2000 al 2017, Panamá ha
perdido alrededor de 351 mil hectáreas en 18 años.
Esta correlación de -a mayor
independencia institucional, mayor eficacia y eficiencia- no siempre consigue
desarrollar su potencial, esto sucede cuando no se tiene la voluntad política
de generar cambios, ni mucho menos la capacidad de asumir los errores y saber
escuchar. En metodología esto se conoce como la lógica de variables de
correlación negativa, puesto que tal independencia ha dejado mayor libertad, y,
no, por ende, mayor capacidad o eficiencia. Sino todo lo contrario, menos
capacidad de ser fiscalizada y menos capacidad de articular con otras
instituciones mediante la transparencia en los procesos de administración, como
son: el rendimiento de cuentas, no solo a la Asamblea Nacional sino a la población
que así lo solicite.
La transparencia debe ser, con
respecto a proyectos públicos y privados, de igual forma cuando se solicita
información sobre la calidad del agua de los ríos, información sobre la
deforestación y tala indiscriminada, sobre la cobertura boscosa, además de
conocer sobre las diferentes contrataciones que no siempre son publicadas. Información
que debería estar accesible a todo el público en los sitios web, teniendo en
cuenta que una gran parte de la población con acceso a internet (desde un
teléfono móvil, es suficiente) visita estos sitios, y que el simple hecho de ir
a consultar información in situ al Ministerio de Ambiente es de por sí, un
dolor de cabeza.
De acuerdo con la página de la
Autoridad Nacional de Acceso a la Información, ANTAI, en su informe del 2019,
el Ministerio de Ambiente no estaría cumpliendo al 100% con la transparencia en
la información que se proporciona en los sitios web de la entidad, de 24 puntos
que representa el 100%, el mencionado ministerio, cuenta con 19 puntos, que
representa un 79% en cuanto a acceso a la transparencia en la publicación de su
gestión.
La ANAM, estuvo por más de 10 años,
ligada al Ministerio de Economía y Finanzas, MEF, para cuestiones de
presupuesto y fiscalización. Sin embargo, la problemática ha girado siempre en
torno a la viabilidad de proyectos que chocan con el sentir de la población. Proyectos
que se presentaron en la Autoridad Nacional del Ambiente tenían que pasar por
un proceso de evaluación ambiental, mediante un Estudio de Impacto Ambiental,
realizado por un consultor que muchas veces había formado parte del equipo de
evaluación de la ANAM, o que en su momento fue consultor ambiental para una
empresa privada y termino como funcionario público con poder de decisión como
se han dado en muchos casos, con la dudosa separación de intereses.
¿Pero por qué debe ser así? La ley
no lo prohíbe, pero tampoco lo regula claramente, de esa independencia que debe
tener un funcionario público. Esto no queda esclarecido y mucho menos cuando se
trata de proyectos ambientales que implican “desarrollo” y ya sabemos por dónde
va todo esto, desde la lógica del capital, el cual no tiene un fundamento más
que el enriquecimiento deshumanizante y deshumanizado, sin importar, arboles,
río, animales, conducta ambiental, patrimonio histórico y comunidades, en
especial.
Cuando el ministerio de ambiente
fue creado, se podría decir de alguna forma que se estaba haciendo “justicia
ambiental” dado que, a mayor libertad y autonomía, mayor capacidad de gestión,
mayor presupuesto de operación y ejecución de proyectos y por ende mayor apoyo
a las comunidades, como sabemos las instituciones están para servir al pueblo. La sociedad civil, los grupos
comunitarios, y gremios ambientales fueron los primeros que vieron como en ese
entonces, el flamante ministerio se convertía en una institución que aprobaba
proyectos a diestra y siniestra, modifica planes de manejo ambiental y creaba
mecanismos jurídicos para favorecer al “desarrollo” del capital muchas veces transnacional.
Todo menos, en favorecer e incentivar mecanismo para que las comunidades
tuvieran una participación más activa. Y es que, desde la lógica de la
tecnocracia la opinión de las comunidades es irrelevante.
En la Gráfica N.1, según el World
Economic Forum, indica que Panamá estaría perdiendo un 4% de bosques entre el
2017 y 2018. Sin embargo, el ministro de Ambiente Emilio Sempris, en una nota
enviada al mismo organismo indicaba que esta cifra no era correcta. Claramente
él no va a aceptar tales informes. Para más información pueden ver la noticia
del 13 de mayo del 2019, en el portal de TVN noticias. Es tanto el ego, que no
son capaces de reconocer que se está haciendo las cosas equivocadamente.
Gráfica
N. 1
Países
que perdieron la mayoría de las selvas tropicales en 2018.
Fuente:
www.weforum.org
Mientras tanto
seguiremos teniendo titulares de noticias como: mi ambiente aprueba talar árboles
en vía de extinción, la tala se toma área protegida, isla Boná refugio de vida silvestre
en peligro por construcción de una petroterminal, se renueva licencia para
extracción de cobre, o seguirán aprobándose proyectos habitacionales con
estudios de impacto ambiental categoría 1 que deberían ser categorías 2 o 3, sin
dejar de mencionar que cuando mucho, la única institución que estaría haciendo
su trabajo, quizás sería el Sistema Nacional de Protección Civil, SINAPROC. Podríamos
continuar con una infinidad de hechos, que lastimosamente chocan con la idea de
un entorno sano, respirable y vivible para todos. Hasta tal punto, todas estas
acciones son inconstitucionales, dado que van en contravía con los artículos 118,
119, 120 y 121 que se encuentran en la constitución política de la república de
Panamá, capítulo séptimo, sobre régimen ecológico, el cual habla sobre el
derecho a un ambiente sano para todos.
¿Qué se está haciendo para que se
incentive el principio del deber y el hacer lo correcto? Por un lado, he podido
apreciar que incrementar salarios, crear estabilidad laboral, fomentar la
formación profesional y la seguridad laboral como elemento de retribución son
importantes, sin embargo, sin la adecuada sensibilización del problema, termina
cayéndose al momento en que el poder económico y político presionan.
¿Hasta dónde podría llegar la idea de un buen funcionario?, en el sentido de
la ética profesional propiamente. Porque, ya no es suficiente tener
conocimientos específicos, sino tener un criterio cuestionador que ayude a ver
los errores que se cometen. En una entrevista que le hicieron a Rodrigo Noriega,
mencionaba que la idea convencional era que, cualquier persona que hubiese
estudiado algo relativo con ciencias naturales, agronomía, ingeniería forestal,
derecho o ingeniería ambientales, era un ambientalista, Noriega, dejaba claro,
que esta idea estaba lejos de ser verdad. Porque el tener una formación en una
disciplina ambiental, no significa que automáticamente se tendrá la ética de
defender a la naturaleza. Hace falta deconstruir el imaginario que tenemos de
la protección ambiental.
El nuevo ministro
de ambiente Milcíades Concepción López, es ingeniero agrónomo, y “persona
interesada” en los temas ambientales. Por el momento, sería inútil hacer una
evaluación prematura, pero podemos decir que mientras el poder económico siga
mirando el ambiente como un botín, el nuevo ministro deberá asumir no solo los
errores del pasado que la institución trae de arrastre. Además, de evitar repetir
actos tan bochornosos como los acontecidos a finales del 2018, entre el ministro
Emilio Sempris y el exsecretario general Félix Wing, en donde se ventilaron los
problemas personales, como en que patio limoso[1]
El ministro
Concepción, debe tener muy en claro, que necesita lograr construir consenso y
no disenso, si bien, es complejo, es lo más recomendable. Debe acercarse a las
comunidades, conocer sus problemáticas, convocar reuniones entre la sociedad
civil, los movimientos campesinos, los grupos de intelectuales, académicos,
organizaciones barriales, organizaciones ambientalistas, grupos indígenas y crear
más interacción entre una institución que se muestra distante, rodeada de
papeles, estudios de impacto ambientales (ahora serán digitales) y planes de
manejo que muchas veces solo están para llenarse de polvo, por la poca
capacidad que tiene la propia institución.
Tener ética en el
trabajo, va más allá de la ética personal, sino una ética profesional,
deontológica y con un principio del deber y el hacer bien las cosas, el querer
poner las cosas en orden, priorizando el ambiente, las comunidades y la
población en general y no un grupo en particular de empresarios o el poder
económico. En el 2005, el periodista Paco Gómez Nadal, le realizó una
entrevista al nuevo ministro designado, cuando aún era diputado por el distrito
de San Miguelito y presidente de la comisión de ambiente de la Asamblea
Nacional de Panamá. En donde a las preguntas realizadas; el ministro Concepción,
ubicaba el ambiente como “su sitial”, y por el cual estaría dispuesto a
defenderlo, en el 2008, en otros medios de la localidad, salían a relucir
palabras más palabras menos, sobre la percepción que tenía de los grupos
ambientalistas en el país, según palabras del ministro designado, los grupos
ambientalistas solo buscan lucrar con las problemáticas del país. Se ha de ver,
si por fin se logra llevar a buen puerto una institución que está haciendo
aguas desde hace años y que ni consigue hundirse del todo, ni consigue salir a
flote.
Entrada publicada en: https://iberoamericasocial.com/deontologia-para-un-ministerio-sin-brujula/
y en https://www.alainet.org/es/articulo/200328 además, en el Portal web: www. obpas.org
y en https://www.alainet.org/es/articulo/200328 además, en el Portal web: www. obpas.org
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L., 2019, WEF coloca a Panamá entre los países que más bosque ha perdido a
nivel mundial. Telemetro, recuperado de: http://m.telemetro.com/nacionales/Estudio-WEF-Panama-arboles-mundial_0_1244875778.html#.XNrRJlEJADM.facebook
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recuperado de: https://www.panamaamerica.com.pa/nacion/diputado-del-prd-arremete-contra-los-ambientalistas-316515
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recuperado de: https://impresa.prensa.com/opinion/Estudios-impacto-ambiental-participacion-ciudadana_0_4140336047.html
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Quien
Cumple, resultados del monitoreo de 177 instituciones a nivel nacional, 2019, Tomado
de: https://quiencumple.com/#masthead
WEF,
2019, Ghana está perdiendo su selva tropical más rápido que cualquier otro país
del mundo. Tomado de: https://www.weforum.org/agenda/2019/05/ghana-is-losing-its-rainforest-faster-than-any-other-country-in-the-world
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